viernes, 8 de julio de 2011

Mal de muchos, consuelo de tontos

-Mamá, ¿por qué ese niño me insultó si ni siquiera me conocía? ¿Tú piensas todo lo que dijo él?


-No cariño.- dijo entre risas -Por que hay personas que se empeñan en hacer daño a otras, sin importarle si esa persona es así o no. Mucha gente solo mira a las personas para descubrir sus defectos. Todos tenemos defectos, nadie es perfecto. ¿Pero sabes lo mejor? Que hay gente que se cree tan superior a los demás y está tan ciego, que tiene más defectos que cualquier otra persona. 

-¿Y por qué hacen daño a la gente? ¿ganan algo?

-No cariño, no ganan nada. Ganan hacer daño a personas que ni conocen. Esas personas están vacías por dentro, tienen tantos complejos, que necesitan insultar a otras personas para crearles complejos a ellos también. No ven más allá de sus narices, se creen que son el centro del mundo, y tarde o temprano se darán cuenta que no y se estamparán contra el suelo. Recuerda cariño, nadie es mejor que nadie. Habrá gente más alta, más baja, más guapa para los ojos de alguien y más fea para los ojos de otras personas, más gorditas, más delgadas, más anchas de caderas, con una nariz más grande que las demás, con los ojos más bonitos, con los brazos más largos, con el pelo más rizado... seamos como seamos tenemos que aprender a aceptarnos a nosotros mismos, porque si no nos queremos a nosotros mismo, ¿quién nos va a querer si no?

No hay comentarios:

Publicar un comentario